Por José C. Novas.
La ciudad de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, es un enclave urbano originalmente edificado entre una muralla y el borde del río Ozama. Con el paso del tiempo, se fue expandiendo hasta tocar otros ríos: el Isabela, el Haina y el Manoguayabo. Para llegar al centro de la vieja ciudad los cruces de esos rios tienen su historia propia. Ese primer asentamiento con carácter cosmopolita por estar allí desde inicio de la colonización en América, tiene mucho de que contar. Razones prácticas hicieron que las primeras edificaciones fueran levantadas a orillas del río Ozama, jamas anticiparon los residentes de aquel asentamiento, que con el tiempo la ciudad fundada en 1496 llegaría mas allá de los ríos Haina, Isabela y Manoguayabo.
Desde el siglo XVI, la ciudad de Santo Domingo fue un importante centro de actividad cultural y comercial. Desde la ciudad de Santo Domingo partieron los demás colonizadores al encuentro de culturas o a la conquista del resto de América o en busca de las rutas hacia el lejano Oriente.
Pero cruzar los ríos para llegar a la ciudad de Santo Domingo tiene su historia, porque en tiempos de la colonia y aun durante parte de la vida republicana, no había puentes de acceso a la ciudad y los habitantes que ingeniaban para cruzar sobre los ríos. Los viajeros de la época muchas veces enfrentaban dificultades para cruzar las corrientes, ya sea en iniciativas políticas, negocios, religiosos, llevar productos, objetos o animales a través de canoas, yolas, balsas, barcasas, etc.
Con el tiempo la actividad económica en toda la isla creció y se puso en práctica el uso de plataformas atadas a cordeles con poleas, tiradas por mulos, caballos o bueyes. Fue durante el gobierno del dictador Lilis cuando se empezó a construir el primer puente para dar acceso a la ciudad sobre el río Ozama. Ese proyecto quedó suspendido con el magnicidio de Ulises Heureaux en 1899; la obra permaneció detenida diecisiete años, hasta que los ingenieros militares norteamericanos tras la ocupación de 1916 lo retomaron, la razón fue que los invasores introdujeron equipos y vehículos motorizados y necesitaban vias y carreteras facilitar los movimientos de tropas desde la capital hacia la región Este del país, donde se produjo gran resistencia.
Entre 1916 y 1924 en el país fue introducido el negocio de venta de vehículos de motor, fue parte de la expansión económica que impuso Estados Unidos al pais para colocar los excedentes de su producción industrial. El auge de los vehículos de motor requirió que el gobierno tomara iniciativas viales, sobre todo desde la capital hacia el interior. Al paso del ciclón San Zenón en 1930, la estructura del puente Ozama, con el embate cedió en parte y quedó averiado por lo que requirió de reparación, su reconstruccion fue ordenada por el recien juramentado Presidente, el general Rafael Leónidas Trujillo, quien además, le hizo cambiar el nombre por ” Puente Ulises Heureaux”.
La Era de Trujillo fue quizás la mas prolífica en la construccion de puentes y carreteras, debido al volumen vehicular, negocio que controlaba a partir de 1930, y ya en 1955 se habian levantado otros puentes que facilitaban la entrada a la ciudad, como el Presidente Peynado sobre el Isabela, el Presidente Troncoso sobre el rio Haina y el puente sobre el río Manoguayabo.
Ese mismo ano fue inaugurado el más imponente puente que facilitaba el cruce desde la parte oriental hacia la capital: el puente Radhames, bautizado en honor al hijo menor del general Trujillo, era costumbre en la dictadura poner nombres de familiares del jefe a las grandes obras. El nombre le fue cambiado al desplomarse la dictadura por el de Juan Pablo Duarte. El Puente Radhames fue primer puente colgante que tuvo la capital dominicana. Su inauguración coincidió con la celebración de la “Feria de la Paz y Confraternidad del mundo libre” y el desborde publicitario que se le hizo a ese evento puso la apertura del puente Radhames en un plano secundario.
Es importante recordar que durante los enfrentamientos a raíz de la Guerra de Abril de 1965, otro de los puentes de acceso a la capital, el Presidente Troncoso sobre el río Haina, fue derribado por el bombardeo del ejército invasor, fue parte de la estrategia militar para controlar los amotinados rebeldes en el sector intramuros, porque los invasores descubrieron de que había un importante núcleo del ejercito nacional en la región Sur, que estaba vinculado al Movimiento Enriquillo y decidieron anular el posible acceso desde esa zona hacia la capital, o sea a través de la carretera Sánchez.
Es sabido que el puente Duarte fue objeto de intensos ataques aéreos entre el 24 y el 28 de Abril de 1965, pero su estructura resistió, a pesar de los daños en los cables de soporte causados por los cañonazos. Esos cables fueron reparados durante el gobierno de los doce años del Dr. Joaquín Balaguer. En cambio la rehabilitación del puente Presidente Troncoso sobre el río Haina tomó tiempo y cruzarlo se hizo a través de una estructura flotante que instalaron los invasores por la zona llamada Costa Verde.
De las estructuras que daban acceso a la ciudad de Santo Domingo, quizás el de menor flujo fue el puente que cruza sobre el río de Manoguayabo, en la carretera que conduce de ese poblado al municipio de Palavé. Luego en el periodo del Dr. Balaguer, se construyeron los puentes Ramón Matías Mella, que por presentar vicios en el diseño y edificación y por lo estrecho de sus dos carriles, la voz popular le bautizo con el nombre de Puente de las Bicicletas.
Otro puente construido durante el régimen de Balaguer fue el puente Francisco del Rosario Sánchez, en la parte alta de la capital y que une las avenidas San Vicente de Paúl en el sector de Los Minas con la avenida Padre Castellanos en Los Guandules y el Ensanche Espaillat. En el pasado reciente, fue instalado en la zona del puerto de Santo Domingo un puente flotante, como alternativa de carácter temporal, para conectar la avenida del Puerto con la avenida España en la orilla oriental del río Ozama. Aun permanece allí y es posible que se mantenga dada su función en el desahogo del tránsito de esa zona de la capital.
Una última estructura construida sobre el rio Ozama lo es el puente Juan Bosch, paralelo con el puente Duarte y bautizado en honor al prolífico escritor y político, fallecido hace algunos años. Como se ve, los puentes que facilitan el ingreso a la ciudad de Santo Domingo sobre los ríos del entorno, funcionan desde 1916, cuando el país fue objeto de una invasión, o sea hace poco menos de cien años.