La guardia de Món y el terrorismo de estado en la republiquita de Montecristi.
Por José C. Novas.
Una vez disipadas las tensiones a raíz del asesinato del dictador Lilís en la villa de Moca, el joven Ramón Cáceres, el hombre que apretó el gatillo e hizo el disparo mortal el 26 de Julio de 1899, el intrépido joven saltó en el escenario político dominicano de primer orden y de recuero anónimo y quebrado pasó a ser un influyente general del gobierno.Su participación en la conjura significó una transición de forma súbita que elevó por las nubes el ego al joven mocano, y se convirtió en el soldado más importante con que contaba la nación y que concentró en sus manos todo el poder militar que emanaba del estado.
Esa circunstancia lo hizo que el general Cáceres se creyera juez y árbitro del pueblo dominicano, entonces acude al uso de una institución creada por Estados Unidos, conocida como Guardia Rural. Era un cuerpo de orden que operaba como policía especializada para reprimir los habitantes y favorecer los apetitos del expansionismo económico extranjero.Varios caudillos de la línea noroeste se levantaron contra el autoritarismo de Mon Cáceres en la línea noroeste, zona que sus seguidores llamaban “La republiquita de Montecristi”. El general Cáceres otorgó el rango de general a dos verdugos que la palabra sadismo le quedaba pequeña.
Así aparecieron los generales Cirilo de los Santos alias “Guayubín” y Manuel de Js. Camacho, éste, era un antiguo cochero de Santiago que tenía reputación de abusador.Esos fueron los hombres escogidos por Mon Cáceres para que impusieran la Ley Marcial en la línea noroeste y para neutralizar los sublevados Cáceres ordenó se establecieran varios campos de concentración para confinar a los pobladores, y que sacrificaran los animales en la zona, ademas de destruir los cultivos.El general Cáceres intentaba privar los revoltosos de los medios de subsistencia en el área, esas medidas lo convirtieron en el primer y único presidente dominicano en ordenar que se confinaran en lugares cercados a la intemperie a sus propios conciudadanos sin importar si eran o no guerrilleros.
Esas disposiciones emanaban de los oficiales de Estados Unidos que asesoraban al general Cáceres.Entre los caudillos dominaban la línea noroeste mirieron durante aquellos días, los más notorios los generales Demetrio Rodríguez e Higinio Arvelo. Tambien fueron perseguidos Desiderio Arias, Andrés Navarro, Jesús M. Céspedes y Apolinar Rey. Hasta donde se sabe, en el país no se tenía precedentes no hubo antes o después de Mon Cáceres un gobernante dominicano que ordenara crear de campos de concentraciones dentro del territorio nacional, esa modalidad se repitio cuando llegaron los invasores en 1916.
Las medidas impuestas en la linea noroeste ponen al general Cáceres en la lista de los peores dictadores que recuerda la historia de América, su actitud sólo es comparable los campos de concentraciones en la region Este durante la ocupación 1916-1924, que acuerdo con el escritor dominicano Manuel Ubaldo Gómez, un testigo de la época, afirmó que la guardia de Mon, por la impunidad con que operaba contra los opositores del régimen se, constituyó una especie de azote en todo el territorio nacional.
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