Por José C. Novas.
Muchos de los amigos que leen mis escritos conocen que existió un escritor llamado Samuel Hazard, muy vinculado a nuestro pasado, porque publicó en 1873 un libro con el título “Santo Domingo: su pasado y su presente, con un vistazo sobre Haití”. La obra es una descripción sobre las condiciones sociales, políticas y económicas de la isla de Santo Domingo con reportes sobre sus recursos naturales, zonas montañosas, condiciones del clima, calidad del terreno, recursos mineros, ríos, playas, bahías etc.
Pero existen otros aspectos sobre Samuel Hazard que muchos de nuestros amables lectores quizás desconocen y que conviene exponerlos como una contribución al conocimiento de lo que fueron nuestras luchas en el pasado en defensa de la soberanía y como una forma de conocer como corregir los retos del presente para encaminarnos hacia un mejor futuro.
Resulta que Samuel Hazard antes de lanzarse en sus aventuras por las islas del Caribe tenía la reputación de buen bibliotecario, archivista y dibujante en la ciudad de Philadelphia, donde había acumulado un amplio legajo de archivos de datos sobre el estado de Pennsylvania. Samuel Hazard fue incluido en una expedición para tales fines por recomendación del secretario de Estado William Seward, después que hizo una visita por las islas del Caribe, y sostuvo un encuentro el 14 de enero de 1866 con el presidente Buenaventura Báez.
Antes de que Samuel Hazard publicara su obra sobre la experiencia vivida en la isla de Santo Domingo, había editado en 1871 otro libro sobre la isla de Cuba, titulado “Cuba con pluma y lápiz”, que era una descripción de las características de la antilla y recursos, algo similar al enfoque de su obra sobre la isla de Santo Domingo.
La moraleja es que toda la región de las Antillas estaba en la mira del gobierno de Estados Unidos para llevar a cabo sus proyectos de expansión territorial y control de las economías desde a finales del siglo diecinueve y que continua en nuestros días, los hechos posteriores demostraron que ese era el trasfondo de ambas publicaciones, porque Hazard en sus reportes al Congreso en Washington se mostró favorable a que se adquieran bahías para establecer en ellas bases navales, ejemplos las islas de Puerto Rico, Saint Thomas, Saint Martin y la bahía de Guantánamo en Cuba. Todo se resumía a los aprestos para la construcción de un canal interoceánico a través de Nicaragua o en por el istmo de Panamá. Con loas haitianos y los dominicanos no pudieron, aunque intentaron, al menos, instalar bases navales en su costas.