Curiosidades de la historia, las vueltas que da la vida.
Por José C. Novas.
En enero de 1802 se acercó a las costas de la isla de Santo Domingo una enorme expedición compuesta por soldados de las temidas topas napoleónicas, tenían ordenes del Primer Cónsul de invadir y ocupar la isla antillana, someter a la obediencia a los rebeldes y regresarla a la condición de colonia, bajo dominio francés, era un reclamo en consonancia con el tratado de Basilea de 1795. La gran curiosidad de esa aventura fue que en los seis años que duró el conflicto, no pudieron dominar el territorio, a pesar que tres de sus comandantes eran generales destacados, lugartenientes de Napoleón Bonaparte, que por su reputación fueron escogidos para garantizar el triunfo contra guerreros en rebeldía.
Se trataba de los generales Víctor Leclerc, Donatien de Rochambeau y Jean Louis Ferrand, tres de las mejores espadas con las que contaba la Francia de Napoleón. El general Víctor Leclerc había sido edecán del general Napoleón y había recorrido las estibaciones de los Alpes y Pirineos, los desiertos de Egipto, las costas del Mediterráneo hasta los dominios del imperio Otomano librando batallas al lado de Napoleón. El general Leclerc con toda su fama de estratega no pudo dominar los habitantes de la indómita isla y murió a causa de fiebre amarilla en la isla La Tortuga el 2 de diciembre de 1802.
Con la muerte del general Leclerc asume el mando de la expedición el general Donaten de Rochambeau, un guerrero de tanta fama, que es considerado como un prócer en su país Francia y también en Estados Unidos. El conde de Rochambeau fue el soldado vencedor de la batalla de Yorktown, que puso fin a la guerra contra los ingleses en Estados Unidos, la que dejó sellada la independencia de ese país. El general Rochambeau era miembro de las tropas que dirigía el Conde de Lafayette, que también es un prócer en Francia y Estados Unidos.
Finalmente, el general Jean Louis Ferrad fue sustituto del gobernador Rochambeau para tratar de controlar la colonia atacó los puertos y estableció su centro de operaciones en la ciudad de Santo Domingo, hasta que fue vencido en la batalla de Palo Hincado, murió en combate cerca del Seybo en 1808.
Tres generales con reputación de sobra, fracasaron en el intento de avasallar la isla de Santo Domingo, a pesar que en sus días de gloria se alzaron con los laureles en escenarios de Europa y Estados Unidos, parece que no es lo mismo con guitarra que con violín, porque en el trópico una peste y la determinación de dos pueblos de ser libres se interpusieron en el camino de esos próceres, que son héroes, pero al otro lado del mar.