Columnas

Héroes o villanos, sea usted el jurado.

Los cadáveres de Charlemagne Peralte y Olivorio Mateo, muertos por invasores de sus respectivas naciones, mostrados al público de manera sorprendentemente similares.

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Por José C. Novas.
La historia de la humanidad está llena de paralelos, los eventos relacionados a la conducta de los hombres muestran cosas extrañas que parecen repetirse y no es casualidad que algunos hechos guarden esas similitudes, aún cuando a veces ocurren en diferentes latitudes o los separe un lapso en el tiempo. La observación conduce a reflexionar sobre la especie de triángulo de horror que se percibe en las formas que murieron tres combatientes de nuestra América, que cada uno en su momento creyeron tener la razón y combatieron la política expansionista de Estados Unidos dentro de países independientes. En este relato se recuerdan las historias de los rebeldes Francisco Doroteo Arango, alias Pancho Villa en México, Charlemagne Peralte, lider combatiente contra la ocupación de los marines norteamericanos en Haití a partir de 1915 y el guerrillero y místico de San Juan de la Maguana, Olivorio Mateo en la República Dominicana.

No se trata en este caso si se está o no de acuerdo con los ideales de protagonistas de esta historia, pero si tomamos en cuenta que en el mes de Mayo de 1917, tras un ataque de los submarinos alemanes y el posterior hundimiento del Crucero inglés Lucitania, hecho en el que murieron 1,198 personas, entre los que había 128 ciudadanos de Estados Unidos, la presión generada por los medios y la opinión pública norteamericana forzaron al presidente Woodrow Wilson a pedir la autorización del Congreso en Washington para que la armada de ese país entrara en las acciones bélicas de primera guerra mundial.

Hay que consignar que mientras el crucero Lucitania se hundía en las costas europeas, habían miles de marines norteamericanos combatiendo las guerrilleras que operaban en los territorios de Nicaragua, Haití, República Dominicana y la región norte de México, en persecusión de Pancho Villa. Como era lógico, dentro de las naciones invadidas se produjo una butal resistencia contra los soldados invasores, esa resistencia (llámese gavilleros, cacos o villanos), en el caso de Haití, contrario a lo que anticipaba el invasor, los llamados cacos le propinaron bajas sorprendentes, los rebeldes haitianos defendieron su país con determinación troyana. La resistencia haitiana era dirigida con habilidad por el soldado rebelde Charlemagne Peralte, que demostró sorprendente pericia militar, liderazgo y valor a toda prueba.

Para eliminar el emuje de los seguidores de Peralte, fue necesario conformar una unidad élite y requirió del uso de soldados especializados para contenerlo, fueron designados para esa misión el destacado general Smedley Butler y el coronel Herman Hanneken, a quienes les fue concedida “la medalla purpura” al completar la mision de matar al lider guerrillero de Haiti. Pero lo ocurrido com Charlemagne Peralte en Haití y Pancho Villa en México, se repitió mas tarde en República Dominicana el guerrillero Oliborio Mateo, lider campesino iletrado que se alzó en las montañas de la cordillera Central de la isla de Santo Domingo, y que a través de ritos religiosos logró aglutinar sus tropas en la región Sur y usó su liderazgo para combatir al invasor. Tanto  Oliborio Mateo, como Pancho Villa y Charlemagne Peralte se convirtieron en dolor de cabeza para las tropas de ocupación en cada caso.

Pancho Villa murió en un emboscada después de acogerse a un pacto y retirarse a las actividades agricolas, aparentemente no le perdonaron las acciones en el asalto en que murieron varios soldados de Estados Unidos dentro de su propio territorio, postriormente la industria del cine de Hollywood le sacó ventajas economicas al personaje Panco Villa, llevando a la pantalla algunas producciones que degradaron la reputación de combatiente a favor de Mexico, en cambio esas peliculas resaltaban o elogiaban los triunfos del invasor sobre los perseguidos. Lo de Oliborio Mateo y Charlemagne Peralte, ambos quedaron relegados al olvido, y fue curioso como la iglesia católica se confabuló con la persecusion para eliminar a Olivorio, porque la práctica de los ritos inherentes al olivorismo en la región Sur, le quitaron miles de fleligreses de la nación dominicana.

Estos personajes han sido objeto de la ostinación de algunos historiadores ligados a sectores dominantes dominicanos, que han creado las bases para abonar reputaciones negativas en torno a Olivorio y sus acciones frente a los invasores. Se observan algunos paralelos entre los hombres mencionados, como el hecho de haber enfrentado las fuerzas invasoras de Estados Unidos dentro de sus respectivos paises, a todos los emboscaron y asesinaron en circunstancias parecidas, sus cadáveres fueron ehibidos en una especie de carabana publica para que sirvieran de ejemplo a los que presenciaban, y en el de Pancho Villa luego ser sepultado, su tumba fue profanada y desaparecieron sus restos. Despues de muerto Pancho Villa trascendio gracias a las iniciativas comerciales de la industria del cina, aún en nuestros días, esos combatientes son presentados en los textos de historia de Estados Unidos como bandidos no como defensores de sus respectivos paises, paradogicamente en sus respectivas naciones los tienen como héroes.


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