Inventario moral # 2, los excesos de Petan Trujillo.
José C. Novas.
Su verdadero nombre era José Arismendy Trujillo Molina, la historia de su vida tuvo caras que van desde el general que nunca comandó un reducto militar, precursor de la radio, la televisión y el espectáculo, de agresor sexual y la de creerse amo y señor de un feudo en el municipio de Bonao. Petán operaba como juez o fiscalizador en la vida y destino de hombres y mujeres en la llamada Villa de las Hortensias. La historia oral de la zona atribuye a Petán violaciones sexuales, extorsiones, despojos, abusos y manipulación a los que aspiraban convertirse en artistas o empleados de su empresa radial o televisiva.
El anecdotario sobre la conducta de Petán sobrepasa el límite de lo real y en algunos casos supera las que pudieran ser sacadas de la fantasía. Un amigo nuestro cuya edad ronda por los noventa años, que trabajó en el Palacio Nacional entre 1952 y 1960 y pide reserva de su nombre, nos contó que, durante la dictadura Petán fue enviado en una misión del Banco Central a Canadá a gestionar la emisión de cinco millones de pesos. Al regreso Petan hizo entrega de la suma, pero meses más tarde comenzaron a llegar al banco billetes duplicados con la forma y calidad similar a los originales.
El ejecutivo del banco alarmado le expuso el caso al generalísimo y luego de realizar una investigación, según nuestra fuente, la responsabilidad fue atribuida a la misión de Petán en Canadá. Dice nuestro interlocutor que el hermano reaccionó colérico y lo mando a buscar; la historia concluyó con que Petán se refugió en la casa de Doña Julia Molina y que fue la matrona la que sirvió de mediadora en el caso, o sea la que le salvó el pellejo.
El rumor dominicano aseguraba que el famoso merengue “El jarro pichao” fue una inspiración atribuida a una supuesta violación sexual en la que tuvo participación ese personaje en perjuicio de una joven de Bonao. Otra de las anécdotas ligadas a este hombre fue la de un guardia apodado “El macho de Bonao”, que perdió la paciencia frente los insultos y a pesar de la diferencia de rango enfrentó Petán como un gallo de pelea, sin medir las consecuencias.
Es ampliamente conocido el revuelo que generó la agresión que involucró a Petán y el pelotero André Rodgers, un nativo de Las Bahamas que jugó para el Escogido en nuestra pelota invernal, el incidente se produjo en los terrenos del estadio de la capital. Decenas de historias se han documentado sobre las tensiones que vivían artistas, locutores y empleados de emisora de radio y televisión La Voz Dominicana debido a las acciones y amenazas de su propietario, Petán por cualquier falta o error imponía multas, cancelaba o castigaba como si las reglas de la empresa fueran las de una corte judicial.
Es de conocimiento público que Petán ordenó construir un anexo justo al lado de la estación La Voz Dominicana con el propósito de albergar allí a decenas de jovencitas, algunas menores de edad, que aspiraban convertirse en artistas y que eran reclutadas por “agentes” en los distintos pueblos; la realidad era que esas jóvenes terminaban como instrumentos sexuales de Petán y para deshacerse de ellas les buscaba maridos y todo quedaba como si nada hubiera pasado. La dignidad de la mujer nunca fue respetada ni por el régimen ni por este campeón del abuso sexual que en vida fue conocido con el mote de Petán Trujillo.