La escritora y el buen deseo.
2012: Te lloverá la luz, la música: Regocijo de vivir.
Por Ángela Hernández Núñez
Que tu capacidad de disfrutar se expanda, hasta unirte a todo lo maravilloso; hasta que respires en la verídica belleza.
Que tu capacidad de disfrutar se multiplique.
Que descubras y captes mil detalles, mil formas, mil sonidos, mil matices, mil sabores y que todo ello componga la melodía de un ahora vivo.
Que tú mismo, tú misma, sea la belleza y el latido de milenios, de presente y porvenir.
Que al amarte y cuidarte, ames y cuides a los demás, ames y cuides al planeta.
Que vivas con el corazón abierto, confiada tu persona a la seguridad del amor.
(El amor es la verdad al final de todos los caminos. Es el comienzo de los otros caminos.
El valle florecido entre un camino y otro).
Que te permitas el silencio. Que te permitas los sentimientos.
Que te permita la libertad interior. Que te permitas la contemplación.
Que te permitas el agua y el sol en tu piel, la luz del universo en tu alma, la memoria de la humanidad en tu pensamiento.
Que por ahora te olvides del tiempo y el ahora abrigue el pálpito de tu goce vital, de tu siempre.
Que preguntes sin agotarte y sea soberano tu interrogar y sean las preguntas hilos de conocimiento, red de contactos, formas del respeto y de plurales visiones.
Que tus preguntas traspasen la oscuridad y sus muchos fondos.
Que tus preguntas ocupen su lugar y en su lugar permanezcan. Que tus preguntas no invadan ni estorben tu vivir.
El sentido último de la vida es vivirla. Preguntar es parte de la vida y no lo inverso.
Que encarnes la vida, más que su sentido. Que al encarnar la vida germines tanto de sentidos cotidianos como de trascendentes,
tanto de palpables como de insondables.
Que seas saludable y que la salud sea para ti liberación. Que ni siquiera la enfermedad consiga arrebatarte tu estado de salud.
Que tu salud sea tu virtud de vivir, de sentir, de agradecer, de esperanzar y esperanzarte.
Que tu imaginación explore: gente, montañas, pueblos, libros, bosques, música, imágenes, frutos.
Que se te insinuen nuevas verdades y que las mismas alimenten y renueven tu curiosidad, tu asombro, tus sensaciones y empatias.
Que los problemas no te intimiden.
Que enfrentes con valentía los reales y te liberes de los nudos imaginarios, de los problemas impuestos,
de los problemas que el miedo agranda y distorsiona.
Que seas más valiente, más amorosa, más amoroso,
y bebas a fondo el jugo vital de todas las experiencias que te depara la realidad.
Que tu religión resida de lleno en los detalles que llenan tu día.
Que tu religión se exprese en Justicia, Verdad, Compasión, Afectos ilimitados.
Que tu religión te haga flexible y solar.
Que tu religión te conduzca a celebrar cuanto abarcan tus sentidos, tus sueños, tus intuiciones,
tus preguntas con respuestas y tus preguntas sin respuestas.
Que seas un campo abierto para el amor y una esfera sobre la que resbalen los prejuicios, el calendario, el odio.
Que seas el terreno con la cualidad de transformar en su seno el dolor, el miedo, los desengaños, las traiciones y los residuos del odio
en abono para las verdes plantas que nacerán de ti. Las plantas: Idea, Emociones y Sabiduría.
Que la música te escuche y los pájaros oigan el rumor de tu sangre
y el paisaje mire tus ojos y los árboles descubran tus ideas y el mundo y sus criaturas te amen. Te amen.
Porque es posible. Porque es inteligencia del existir y coincidir. Porque es verdad de comunión.
Con la gratitud de saberte cerca, celebro la amistad.
